La respuesta del cuerpo a la relajación natural es un potente antídoto
contra el estrés y la ansiedad que nos provocan los últimos exámenes.
Las técnicas de relajación como la
respiración profunda, visualización, relajación muscular progresiva, la
meditación y el yoga, pueden ayudar a activar esta respuesta de relajación.
Vamos a ir conociendo poco a poco algunas de estas técnicas, y podéis poner
en práctica las que más os apetezca
La respiración
profunda elimina tensiones y nos ayuda a concentrarnos más
rápidamente
La respiración profunda es fácil de aprender, se puede practicar en
cualquier lugar y proporciona una manera rápida de mantener los niveles de
estrés bajo control.
La respiración profunda es la piedra angular de muchas otras prácticas de
relajación de otros y se puede combinar con otros elementos relajantes como la
música.
Dedica unos minutos a su práctica y veras como rápidamente empiezas a
apreciar sus beneficios.
¿Cómo practicar la respiración profunda?
La clave para la respiración profunda es respirar profundamente desde el
abdomen, obteniendo todo el aire fresco posible para sus pulmones. Cuando
respiras profundamente desde el abdomen, en lugar de respiraciones cortas desde
tu parte superior del pecho, inhalas más oxígeno. La próxima vez que te sientas
estresado, tómate un minuto para disminuir la velocidad y respirar
profundamente:
* Siéntate cómodamente
con la espalda recta. Pon una mano en el pecho y la otra en el estómago.
* Inhala por la nariz. La mano sobre el estómago debe levantarse. La mano en el pecho debe moverse muy poco.
* Exhala por la boca, expulsando el aire tanto como puedas mientras contraes los músculos abdominales. La mano sobre el estómago debe moverse al exhalar, pero la otra mano debe moverse muy poco.
* Continúa respirando por la nariz y exhalando por la boca. Trata de inhalar suficiente aire para que la parte baja del abdomen se eleve y contraiga. Cuenta lentamente mientras exhalas.
* Inhala por la nariz. La mano sobre el estómago debe levantarse. La mano en el pecho debe moverse muy poco.
* Exhala por la boca, expulsando el aire tanto como puedas mientras contraes los músculos abdominales. La mano sobre el estómago debe moverse al exhalar, pero la otra mano debe moverse muy poco.
* Continúa respirando por la nariz y exhalando por la boca. Trata de inhalar suficiente aire para que la parte baja del abdomen se eleve y contraiga. Cuenta lentamente mientras exhalas.
Si tienes dificultades para respirar desde el abdomen mientras estás
sentado, trata de acostarte sobre el suelo. Coloca un pequeño libro sobre tu
estómago y trata de respirar de manera que el libro se eleve mientras inhalas y
caigas mientras exhalas.
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